El pie plano es un tipo de pie que se
caracteriza por la ausencia del arco normal cuando el individuo está en bipedestación. Está producido
por la ausencia de fuerza en los tejidos encargados de sostener las
articulaciones del pie.
En este tipo de pies, las zonas de mayor
presión se encuentran localizadas en los huesos la zona del mediopie,
concretamente en los huesos como el astrágalo y el navicular, dando lugar a
alteraciones biomecánicas durante la deambulación.
Entre las cuales, podemos encontrar:
·
La limitación de movimiento de la
articulación del primer metatarsiano, generando la aparición de un Hallux
Rigidus.
·
La desviación articular, en el que
el primer metatarsiano se desvía hacia la parte interna del pie y el dedo hacia
la parte externa, formando un juanete.
·
La aparición de problemas en la
fascia plantar y en la musculatura posterior de las piernas.
·
Hiperlaxitud en los ligamentos
internos de la articulación del tobillo, los cuales no son capaces de mantener
la rigidez de la bóveda plantar y transfieren la función de sujeción a los
tendones (tibial anterior y posterior) que se encargan de sujetar la bóveda
plantar, originando problemas de sobrecarga en estas estructuras.
Este tipo de pies es normal en bebés y niños
pequeños, pues a medida que crecen, los tejidos se tensan progresivamente, y
poco a poco se va formando el arco.
La mayor parte de las personas tienen arcos
normales en la edad adulta; no obstante, hay personas en las que este arco
nunca se forma, siendo la causa de molestias en el pie, tobillo o rodillas.
Por este motivo, es importante, que para
reducir la aparición de lesiones, se realicen plantillas personalizadas que
permitan mejorar la sujeción de la parte interna del pie, reduciendo las
tensiones en las estructuras mencionadas anteriormente.
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