Dolor crónico



 El dolor crónico es el que persiste por un período mayor de tres meses desde que finalizó la lesión que lo originó, dificultando la realización de las actividades de la vida diaria del paciente. 

Acostumbra a no responder a los tratamientos y suele acompañarse de trastornos psicológicos debido a la persistencia de los síntomas.

Se origina por la estimulación de los nociceptores (receptores del dolor ) que van hasta el sistema nervioso central (SNC) generando sensaciones dolorosas.


El dolor crónico empieza por un proceso inflamatorio en alguna estructura anatómica que libera una sustancia álgida producida por tejidos que se rompen. Una vez finaliza la inflamación, el dolor continúa debido a que las terminaciones nerviosas están ya permanentemente estimuladas. El dolor crónico está asociado a enfermedades crónicas y a lesiones que no remiten.


La cantidad de dolor depende de la cantidad de nociceptores que tenga la zona en cuestión. Por ejemplo, las articulaciones son una de las zonas más dolorosas debido a la enorme cantidad de nociceptores que poseen. 


El dolor crónico puede hacer que el SNC sea más sensible al dolor estimulando de manera reiterada las fibras, y células nerviosas que reciben y envían las señales dolorosas. Esta estimulación repetitiva hace más activas a estas células y fibras haciéndolas más sensibles y que reaccionen con más facilidad al estímulo doloroso. Como resultado el dolor aparece con estímulos que normalmente no son dolorosos o los estímulos dolorosos pueden parecer más intensos, dando paso a lo que llamamos sensibilización central y es el que origina el dolor crónico.


Causas del dolor crónico

  • malas posturas 

  • microtraumatismos por sobrecarga 

Ambas causas lesionan la estructura anatómica originando inflamación y dolor. 


Factores principales: 

  • esfuerzo-espasmo-dolor: actividades de la vida diaria en las que realizamos posturas estáticas o dinámicas inadecuadas. Cuando nuestro cuerpo realiza una actividad para la que no está fisiológicamente preparado, la estructura anatómica envía estímulos nociceptivos (señales dolorosas) que causan un espasmo muscular acompañado generalmente de retracción miofascial. En este punto, el cuerpo busca posturas antiálgicas que pretenden “evitar” el dolor que si persisten en el tiempo pueden causar lesiones articulares o musculares de mayor envergadura, empeorando la lesión inicial. 

  • Disminución de los niveles de serotonina: una disminución de serotonin, hormona encargada de los estados de ánimo,  causa depresión y ansiedad. Un déficit de esta hormona , facilita las tensiones musculares y el dolor crónico.

  • Cuando un músculo o grupo muscular presenta cierto grado de isquemia , se altera la función normal de sodio-potasio, con lo que el paciente referirá cansancio, debilidad muscular, calambres y con el paso del tiempo desarrollará dolor crónico.


Fisioterapia en el dolor crónico 



Para una buena gestión del dolor, el objetivo del fisioterapeuta será la restauración del “movimiento normal” de la estructura anatómica afectada.


El masaje continuo sobre un tronco nervioso sensitivo ejerce una acción anestesiante al aumentar el umbral de la sensibilidad dolorosa, reduce los espasmos musculares , aumenta la producción de endorfinas, rompe las adherencias cicatriciales y moviliza los tejidos blandos.

Las movilizaciones articulares, estiran las cápsulas articulares y provocan la recuperación del movimiento normal de la articulación. 

El ejercicio físico mejora la fuerza muscular, flexibilidad y la resistencia,aumenta el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y la calidad del sueño disminuyendo el dolor y mejorando la funcionalidad del paciente. Durante el ejercicio se liberan sustancias analgésicas que detienen las señales dolorosas.

www.kinesioclinic.com

Comentarios