Valoración de la articulación sacroilíaca

Las articulaciones sacroilíacas, también nombradas ASI, son las encargadas de transmitir la carga del cuerpo hacia las extremidades inferiores. 

Cerca del 30% de los pacientes con dolor en la región baja de la espalda, presentan dolor debido a las ASI. El dolor puede extenderse por la zona baja de la espalda y por los glúteos, y puede irradiar hacia la pierna y la ingle. 

La presentación del dolor de la ASI se puede superponer a la presentación del dolor proveniente de la zona lumbar o de la cadera, por lo que será importante hacer ediagnóstico diferencial entre estas estructuras. También, se debe incluir en el diagnóstico diferencial el dolor que tiene su origen en la región piriforme, en la fascia y la musculatura dorso lumbar, en los discos intervertebrales de la columna lumbar, en el dolor facetario y en el dolor referido neurológico. 


Los síntomas en la ASI pueden ser secundarios a cambios degenerativos, debidos a la inflamación de la articulación, por artritis o por cambios secundarios a una disfunción de la ASI, como puede pasar después de un traumatismo o después del embarazo. 

Cabe puntualizar que un gran número de personas intervenidas de una fusión vertebral lumbar, pueden presentar dolor por degeneración de la articulación sacroilíaca en los siguientes 5 años post-operación. 


Para determinar el origen del dolor, se pueden utilizar diferentes test físicos para la evaluación de la sacroilíaca: 


Distracción articular 

Para generar una distracción articular, el terapeuta provoca un estrés vertical con una dirección de anterior a posterior sobre las espinas ilíacas anterosuperiores para dirigirse a los ligamentos sacroilíacos anteriores. 


Compresión articular 

Para generar una compresión de la articulación, el paciente se sitúa en decúbito lateral y el terapeuta ejerce presión sobre la cresta ilíaca con dirección al suelo (hacia la camilla), para dirigirse al ligamento sacroilíaco posterior. 


Maniobra de Gaenslen 

Para esta maniobra el paciente se encuentra en decúbito supino con la pierna sintomática en el borde de la camilla. 

La maniobra consiste en flexionar la cadera y la rodilla asintomáticas, mientras que el terapeuta estabiliza la pelvis, aplica presión y mantiene la posición de hiperextensión de la pierna sintomática. De esta manera se pone en tensión la articulación sacroilíaca, los ligamentos anteriores y la articulación femoroacetabular del mismo lado. Asimismo, se produce un estiramiento de los flexores de cadera, psoas y recto femoral, y del nervio femoral (junto con las raíces L2 y L3). 


Test de FABER/Patrick 

En este test el paciente está en decúbito supino y el terapeuta genera una flexión, abducción y rotación externa de la cadera, formando un 4 sobre la pierna asintomática, y presiona la rodilla hacia la camilla. 

Otra vez, se pone en tensión la articulación sacroilíaca. 


Empuje axial del muslo 

En esta técnica el paciente se encuentra en decúbito supino, con la rodilla y la cadera flexionadas a 90 grados. El terapeuta sitúa una mano debajo de la ASI a valorar y con la otra mano se provoca una presión sobre el eje longitudinal del fémur. De esta forma se genera una fuerza de cizalla sobre la articulación, que si reproduce los síntomas, nos indica que el dolor tiene origen en la sacroilíaca testada. 


Signo de Fortin

El investigador Fortin J y sus colaboradores definieron el signo de Frostin como la colocación del dedo índice del paciente en la región sacroilíaca como señal del origen del dolor. En sus estudios demostraron que el signo de Forti podía ser muy sugestivo de dolor sacroilíaco, con un valor predictivo positivo del 92% para diagnosticar el dolor de origen sacroilíaco. 




Tratamiento de fisioterapia 

El primer abordaje del dolor proveniente de la ASI debe ser conservador, mediante fisioterapia. 

El tratamiento puede constar de movilizaciones, estiramientos, trabajo de refuerzo muscular, modificaciones de la actividad física (reduciendo el impacto en la articulación), y manipulaciones de la articulación. 

El abordaje conservador de fisioterapia se puede complementar con el tratamiento farmacológico, para gestionar el proceso inflamatorio. 





Referencias
Cahueque M, Ardebol J, Armas J, Azmitia E. Dolor sacroilíaco: diagnóstico y tratamiento. Acta ortop. Mex. 2021  Feb;  35( 1 ): 85-91. 

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